2 de Noviembre

[Muerte_Rigurosa]

Género: Fantasía / Tragedia

Clasificación: Mayores de 13 años

Comentarios y críticas: Aquí

A través de la nublada noche se divisa una sombra, que se mueve a paso lento por un campo lleno de lápidas de piedra, y frondosos árboles de aspecto lúgubre.
El sujeto se detiene en frente de una de las tumbas. Cuando la luz de la luna llena logra filtrarse a través de las espesas nubes, se consigue distinguir un hombre joven de cabellos largos ondulados, color negro azulado, recogidos en una “cola de caballo”, sus ojos café observan el escrito tallado en la roca.
Tenía una expresión seria, pero triste en su rostro.
El único sonido que se oye es el del aire, que susurra, y mece su remera negra –que tiene en su frente la imagen de un ave del mismo color de la prenda, y con su figura bordeada con blanco-, así como sus pantalones azul marino.
Con el grueso de su congoja escondida, observa la luna que se asoma como un espectro y evoca recuerdos de su pasado.

Era una noche fría de julio en las rutas de un país de Sudamérica, un automóvil circulaba por esta con rumbo sur. Este era de color gris -que en el día se podía percibir como plateado-, gastado por los años, de pequeño tamaño, pero de buen funcionamiento.

-Rosa, no te enojes-Pidió el sujeto mientras conducía a una velocidad relativamente baja en aquel oscuro lugar.
-¡Llámame por mi nombre!- Exigió la mujer de cabellos largos y lisos castaño oscuro y ojos del mismo color-Hace poco que regresaste de Escocia, a pesar de que no estaba de acuerdo en que fueras, ¿y ya te irás otra vez?, a Grecia esta vez, ¿con esa diosa Athena, y si tienes que luchar es posible que mueras y jamás vuelva a saber de ti?-Agregó.
-Lena…calmate, me suena que estás celosa…pero no voy por lo que crees, ya te lo he dicho, lo que pasa es que…-Intentó explicar el de negra cabellera antes de ser interrumpido.
-¡Te equivocas!, no es por eso que discuto, entiende que me preocupo por ti, no quiero que mueras-Se largó a llorar la chica.
-De algo hay que morir…-Suspiró el hombre.
-¡Juan, eres un insensible!, si estoy aquí contigo es porque sabes que te adoro, pero tú en cambio, no sé qué es lo que piensas, ya que nunca lo dices-Gritó Lena.
-Sabés que estoy aquí por lo mismo, disculpa si te hecho creer que no te quiero…-Respondió el tipo.

A través del parabrisas se divisa una luz que se hace cada vez más intensa…

De repente un estruendo hace que por un momento la atención sea llevada al cielo. Era solo un recuerdo…recuerdo de la última vez que pudo ver a su amada con vida.
El rayo que se vio caer no vino solo, al instante la lluvia calló como si el firmamento llorara la pena del muchacho.

-Una rosa, como tanto te gustaban-Dijo brevemente el chico, dejando la flor sobre la tumba.

A pesar de la tormenta, allí permanecería, sufriendo, como era usual hacia aproximadamente dos años…