Before I Decay
Adaptaciones cinematográficas: ¿Acierto o blasfemia?
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, 14-09-2015 a las 06:30 PM (8466 Vistas)
Una vez leía en un periódico en línea una crítica a la, en ese entonces reciente, película de Mockingjay I. El artículo cumplía su cometido, hablar del producto cinematográfico: hacia buena mención del uso de fotografía, daba luz verde a la actuación, pero sin embargo, el autor recalcó un punto importante, el hecho de que a la historia contada no se le entendía muy bien por distintos aspectos. Esto trajo en los comentarios un aluvión de quejas al respecto: “Eso es porque no te has leído los libros, en tal o tal parte explica esto”, y si bien este tipo de quejas se han popularizado en los últimos años con el auge del internet y la facilidad de las comunicaciones, han existido desde que han nacido las adaptaciones cinematográficas –Pocos pueden decir que las obras de Kubrick son de lo más fiel a los libros-
Y es entonces cuando uno se pregunta ¿Hasta qué punto es necesario leer una obra para ver una película sobre la misma? Cuando hablamos de adaptación cinematográfica, estamos hablando, para empezar, de otro lenguaje distinto. Según la RAE, adaptar es:
“Modificar una obra científica, literaria, musical, etc., para que pueda difundirse entre público distinto de aquel al cual iba destinada o darle una forma diferente de la original.”
Bajo esta premisa, la palabra adaptación ya directamente significa que el producto final no será igual al original, bajo ninguna circunstancia. ¿Es entonces pecado decir que te gustó una película basada en un libro y que sin embargo, no hayas leído ese libro? No, no es ningún pecado, pues no necesariamente uno tiene que leer la obra en que se haya basado esa o aquella película, pues estamos hablando de dos expresiones artísticas diferentes, y uno no necesita ser un espectador lector para poder disfrutar de una u otra.
Existirán los fans puristas que se quejen “Es que si dices que te ha gustado la película, es porque no has leído los libros, porque si los hubieras leído, sabrás que la adaptación es mala” Y uno puede comprender porque puede existir el pensamiento, puesto que uno como lector se recrea la obra para si mismo, pero también hay que comprender, que, como se dijo anteriormente, una cosa es el lenguaje literario, y otra muy distinta es el lenguaje cinematográfico. El cine tiene recursos que son distintos, se tienen que transmitir las emociones mediante luces, sombras, encuadres o sonidos; mientras que en la literatura se hay que valer de las palabras, y lo que esto conlleva, metáforas, juegos entre estas palabras, y que debido a esto, las imágenes que crearán en el lector son muy distintas. En el cine, tenemos la interpretación personal del director, y hay que aceptar que esa interpretación no será igual a la personal.
En lo personal, yo considero que una adaptación cinematográfica es mala si para su total entendimiento requiere que te leas la novela para poder hacerlo, muy al pesar de aquellos fanáticos que consideran que para tener la mejor experiencia necesitas ser un lector-espectador y no sólo un espectador. Como un producto artístico distinto, debería ser capaz de sostenerse por sí mismo, y no depender de otro para poder hacerlo, y así, los que simplemente sean espectadores, puedan disfrutarlo plenamente, sin la necesidad de tener que recurrir a otra corriente artística, que quizás no sea de su agrado –cosa que está perfectamente bien, pero ese es otro debate-. Y el debate puede seguir, pero quizás lo mejor sería dejar de empezar a juzgar si te has leído o no tal libro –e incluso el hablar de guión adaptado es otro tema aún más largo-, y más a disfrutar de ambos o sólo uno de estas corrientes artísticas.